jueves, 7 de noviembre de 2013

Estrenos de la Semana CINE

Thor: un mundo oscuro

Jueves 7 de Noviembre de 2013

Los 30 martillos de Thor

LA INTIMIDAD DEL RODAJE EN LONDRES

05.11.2013 - Clarin Cine

El olor a madera, cuero y pegamento se percibía aún cuando faltaban varios metros para entrar al taller que funcionaba a modo de armería medieval de los estudios Shepperton, al sudoeste de Londres. Allí se gestaron, además de todas las armas que se usaron en Thor: un mundo oscuro, los 30 Mjolnir, el martillo del Dios del trueno y los relámpagos, que usó Cris Hemsworth durante el rodaje del film.El diseño del Mjolnir para esta versión de Thor difiere del usado en Los Vengadores y también del utilizado en la primera película del héroe. Y, aún cuando se hicieron 30 martillos, no todos eran del mismo material: había de fibra de vidrio, goma y aluminio. Y, obvio, cada uno tenía su funcionalidad.

Por ejemplo, el que utiliza Hemsworth para pegarle al piso es de goma, ya que así impide que el actor se lastime la muñeca cuando se produce el impacto contra el suelo o, también, contra el pecho de alguno de los villanos de la película. Y el que usa para lanzar al aire, por caso, es súper liviano.

Pero ya sea que se trate del Mjolnir para pegar o para lanzar, a la vista ambos son casi idénticos al de aluminio sólido que, además, tiene como destino las vidrieras del museo de Marvel y que pesa unos 8 kilos.

En el mismo taller donde se hicieron los 30 Mjolnir, también se construyó todo el arsenal que se usa en la película. Por caso, en 10 semana tuvieron que hacer más de 140 armas distintas, con sus consecuentes réplicas.

Es que nada de lo que se usó en los films previos se utilizó en Thor: un mundo oscuro. Fue todo a nuevo y, para cumplir con los tiempos y también con los arreglos de última hora, tuvieron que recurrir a la ayuda de becarios: fueron 92 los estudiantes universitarios que trabajaron en la armería para la película que se estrena este 14 de noviembre.

Un paraíso para los malditos

Joaquín Furriel, en la piel de un asesino a sueldo

El actor habla de “Un paraíso para los malditos”, thriller que se estrena hoy, en el que interpreta a un sicario. También se refiere a “Papis”, tira que está grabando para Telefe.

07.11.2013 - Por Natalia Moret - Clarin Cine

Un sicario sin pasado y sin futuro, un hombre abandonado que sufre de demencia senil y una mujer golpeada terminan de almorzar al sol y bailan lentamente al ritmo de una vieja canción que suena en la radio. Es esta imagen, breve tanto en la película como en la vida de los personajes, la que explica el título que Alejandro Montiel le ha puesto a su nuevo filme, Un paraíso para los malditos. El director de Extraños en la noche vuelve al cine con un thriller dramático, protagonizado por Joaquín Furriel (Verano maldito), Alejandro Urdapilleta (Los santos sucios) y Maricel Alvarez (Biutiful), que se estrena hoy.

La película cuenta la historia del solitario y misterioso Marcial (Furriel) el día que comienza su nuevo trabajo de sereno en el depósito de una fábrica en el conurbano bonaerense. Todo parece normal y monótono hasta que un asesinato cambia su visión de la vida, poniéndolo en un lugar completamente distinto. De ser un hombre solo pasará a transformarse en algo así como el hijo de un padre loco y enfermo al que decide cuidar y mantener con vida (Urdapilleta), y el novio de una madre soltera víctima del abandono y la violencia (Alvarez). Con el paso de los días, estos tres seres rotos lograrán reconstruir su propio paraíso, o algo parecido a la idea de paraíso: un espacio evanescente que pareciera estar lejos de la sordidez y la oscuridad que caracterizaba sus vidas hasta antes de cruzarse. Pero, se sabe, y así lo postula Montiel, la felicidad no dura para siempre; de hecho dura más bien poco. Furriel, conocido especialmente por su participación en distintas ficciones televisivas (Montecristo, Sos mi hombre, Don Juan y su bella dama), logra dar vida de manera destacable a Marcial, un personaje profundamente inquietante y oscuro.

¿Por qué decidiste sumarte al proyecto de “Un paraíso...”?

El año pasado Alejandro (Montiel) me hizo llegar el guión. Lo primero que me atrapó fue la atmósfera que planteaba. Lo que iba pasando y la forma en que iban sucediéndose los incidentes, con una tensión muy incisiva y silenciosa, como Marcial, mi personaje. Mientras lo leía no sabía a dónde iba a ir ni en qué iban a desencadenar las acciones de Marcial. La próxima escena era siempre un misterio. Era un guión que proponía más interrogantes que respuestas, y eso era un componente muy atractivo. Desde que lo abrí en la primera página no me soltó hasta el final, y cuando terminé de leerlo me quedé con un sabor muy bueno, con una sensación muy fuerte y muchas ganas de encarnar a ese personaje, del que me sentía muy cerca.

¿Qué fue lo que más te interesó?

Varias cosas, pero creo que lo que me pareció más interesante es la forma que tiene la película de hablar sobre la soledad y la locura, sobre seres que son extremadamente solitarios y que, aún siendo así, tienen también la posibilidad de encontrarse de alguna manera. La relación entre Marcial y Román (Urdapilleta) es algo así como una necesidad de supervivencia. Otra forma de sobrevivir. La primera es su trabajo: Marcial es un sicario que no parece hacerse demasiadas preguntas morales ni éticas al respecto; hace lo que tiene que hacer sin que le tiemble el pulso. Y la segunda forma de supervivencia tiene que ver con el encuentro con el otro, en este caso con Román y con Miriam (Alvarez). Desde el momento en que se encuentra con Román, Marcial le encuentra otro sentido a su vida. Parece haber encontrado una relación que vuelve a conectarlo con algo más vital, algo que hace para intentar aferrarse a alguien, a una promesa de algo mejor. Me gusta esta manera que la película encuentra para hablar de la soledad y de cómo todos tenemos la necesidad de estar acompañados y formar una familia y vínculos afectivos, por más retorcidos y particulares que sean. Incluso un asesino a sueldo aparentemente impermeable a las emociones quiere sentirse acompañado, contenido. Y esto puede verse en Marcial a pesar de que casi todo alrededor suyo es muy enigmático. Esto me gustó muchísimo del personaje, su secreto, su silencio.

Ese mismo costado tan enigmático y cerrado del personaje, ¿te dificultó su construcción?

No, porque no trabajé el personaje desde su pasado. La película es una película de género, con una intención de un policial oscuro. En ese sentido, no importa tanto quién era Marcial, sino ver quién es y dónde está ahora. Todo lo que Marcial va haciendo en la película guarda siempre una zona de misterio en la que tampoco convenía mucho estar opinando o explicando, porque si hacíamos eso corríamos el riesgo de que la película se hiciera más plana. Y la intención de Alejandro era menos convencional.

¿Qué querés decir?

Por ejemplo, que las relaciones se vuelvan costumbristas. Que esta relación entre Román y Marcial, que uno podría decir que es una especie de relación entre padre e hijo, se vuelva parecida a aquella que cualquier padre y cualquier hijo pueden tener en la vida cotidiana. Acá no hay ninguna intención de hacer cine realidad sino más bien cine de género, puramente una ficción en la que tanto desde la actuación como desde la fotografía y el sonido la experiencia se vuelve, antes que nada, una experiencia cinematográfica. Cuando yo hablaba con Alejandro acerca de mi personaje y sus motivaciones él me decía que no me preocupara por esas preguntas. Que mi personaje era fundamentalmente un hombre solo y que eso iba a estar claro en la historia, que eso iba a ser una motivación suficiente. No había que emitir ningún tipo de opinión o explicación al respecto. Va a estar claro, me decía, por qué toma cada una de las decisiones que toma sin que tengamos que decir por qué, y al ver la película terminada siento que esto se logró. Nada de lo que pasa, me parece, es obvio o esperable, y en ese sentido es que la intriga funciona tan bien. Marcial es un hombre solitario que intenta armar algo a lo que aferrarse, y en ese viaje que hacemos con él en los 84 minutos que dura la película veremos si lo logra o no.

LAS BRUJAS

07-11-2013 - http://www.edicionnacional.com

UNA NUEVA PELÍCULA DEL REY ESPAÑOL DEL HUMOR NEGRO

Alex de la Iglesia se enfrenta a "La brujas" con su comicidad

En este filme, el director español vuelve a burlarse de la sociedad, en este caso de la extraña y por momentos tenebrosa relación entre hombres y mujeres

Por MAriana fojo

marianafojo@edicionnacional.com

Las brujas de Alex de la Iglesia devuelve a las salas al director español, con una comedia que arranca con un muy alto poder de carcajadas.

La historia tiene una pequeña introducción con la reunión de tres brujas, abuela (Terele Pavez), madre (Carmen Maura) e hija (Carolina Bang), que cuecen una olla con naipes y simbolismos. Después, un grupo bastante poco común roba una casa de compra de oro en medio de un excepcional despliegue en la muy concurrida Puerta del Sol. Se trata de un padre desesperado (Hugo Silva), quien va acompañado de su hijo de 8 años (Gabriel Delgado) y un RRPP de un local bailable (Mario Casas).

Algo en este robo les sale mal y deben huir en un taxi secuestrado con chofer (Jaime Ordóñez) y pasajero (Manuel Tallafè) a bordo.

La policía irá tras el curioso grupo que sellará una comunidad masculina dispuesta a liberarse de las mujeres. Pero en algún punto de ese delirante recorrido, los prófugos llegarán al extraño pueblo de Zagarramurdi, donde deberán enfrentarse a las brujas y sus extraños modos de vida.

Con un evidente enfrentamiento entre mujeres (las brujas) y hombres (muy torpes), la película toma un rumbo más escatológico y menos gracioso

Hasta la próxima

CALUCRA

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